“Lo ayudamos a volver a confiar. A que sepa que no todos los adultos van a fallarle”, cuenta Mónica Caamaño al resumir el sentido profundo del Programa Abrazar , una iniciativa que busca vincular a niñas, niños y adolescentes institucionalizados con referentes afectivos. Personas adultas que, sin intención de adoptar ni de ocupar el lugar de la familia, se comprometen a estar presentes, a escuchar, a acompañar y a construir confianza desde el afecto.
La mujer de 70 años, jubilada como docente, vive con su esposo en el conurbano bonaerense y cuenta con el apoyo total de su familia para llevar adelante esta tarea que le regala emociones nuevas. Hace tres años, cuando creía que ya no estaría más en contacto con chicos y chicas, vio en redes sociales una convocatoria de voluntarios con u