En su novela La mano que cura, la colombiana transforma la pérdida en una exploración de los poderes invisibles que habitan en los vínculos familiares y en la memoria que dejan los libros de un padre desaparecido

A simple vista, parecería que La mano que cura, novela que la colombiana Lina María Parra acaba de presentar en la edición 33 de la Feria Internacional del Libro Monterrey, es una obra autobiográfica, pero no bien nos sentamos a platicar con ella, desmiente nuestra teoría:

“No, es una novela, pero sucede que la protagonista se llama como yo y que la otra protagonista se llama como mi mamá. Entonces hay como una especie de desdoblamiento de mi familia real en esos personajes; digamos que juego un poco con esos límites entre lo que es verdad y lo que no, pero aunque haya elementos

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