Jude Bellingham cayó de pie en el Real Madrid. En su primera temporada batió los registros goleadores de toda su carrera, con 23 tantos y 13 asistencias. Muchos pensaban que era el mejor centrocampista del mundo, porque además de jugar en muchas posiciones llegaba y hacía goles con la facilidad de un delantero. En su segundo curso se quedó en 15 goles, que son muchos para un futbolista como él, pero su fútbol ya no fue el mismo, seguramente lastrado por esa lesión en el hombro que no le dejaba jugar cómodo. Jugó el Mundial de Clubes antes de parar para operarse, porque el dolor ya no le dejaba vivir tranquilo. Ahora, con una cicatriz más en su cuerpo, está de vuelta, tratando de coger el ritmo y buscando una posición en el nuevo ecosistema que está implantando Xabi.
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