El panorama económico global se reconfigura constantemente, y en este ajedrez de intereses y alianzas, la relación entre la Unión Europea y América Latina cobra una importancia esencial. Dentro de este vínculo, España emerge como un actor de rol estratégico, desempeñando la función de un puente natural que facilita y potencia la conexión entre el viejo continente y las dos principales potencias económicas de Latinoamérica: México y Brasil . Esta relación triangular, profunda y con raíces históricas y culturales, tiene consecuencias significativas que van más allá de lo puramente comercial, proyectándose en toda la región.
El nexo ibérico funciona como un catalizador para revitalizar y solidificar las inversiones y los acuerdos de libre comercio, que son el motor del crecimient