En la reciente Audiencia General, realizada el pasado miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV habló sobre una de las enfermedades de nuestro tiempo: la tristeza. Según el padre, este malestar, además de provocar otras enfermedades, como la depresión, “roba el sentido y la fuerza de la vida” y solo puede sanarse al reconocer que Cristo “camina con nosotros y por nosotros”.

El sumo pontífice definió la tristeza como “un sentimiento de precariedad, a veces de profunda desesperación, que invade el espacio interior y parece prevalecer sobre cualquier impulso de alegría… que priva a la vida de sentido y vigor, que se convierte en un viaje sin dirección ni significado”.

Para él, la mejor forma de combatir esta enfermedad juvenil es acercarse a Cristo. En su explicación, uti

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