César no soporta que Octavio esté libre. El empresario se ha salido con la suya al no haber pruebas concluyentes de que él fuese el responsable de la muerte de Estrella , y el mexicano no aguanta más.

César quiere respuestas, y las quiere ya. Sorprende a Octavio en el camino y se lo lleva a solas al acantilado. Los nervios estaban a flor de piel: César le pide que confiese sus crímenes, que él mató a sus padres, pero Octavio se defiende una y otra vez.

El mexicano pierde la paciencia y la discusión sube de tono. César agarra y zarandea a Octavio , la tensión puede con ellos, y al empresario le cuesta respirar. Pero César conseguirá de una manera u otra lo que busca, llegando incluso a amenazar al empresario con tirarlo por el acantilado.

“Yo no maté a tu padre, es lo que Sa

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