Parecía noche perdida, pero el fútbol —otra vez— escribió un guion de película. Universidad de Chile pasó del drama al alivio al empatar 2-2 ante Lanús en un Estadio Nacional vacío pero tenso. Un penal en la última jugada desató la locura azul… y la furia argentina.

Lanús había hecho todo bien. Rodrigo Castillo, intratable , marcó dos veces en el primer tiempo tras errores defensivos del “Bulla”. La U dominaba el balón, pero sin ideas, 80% de posesión, cero profundidad . “Nos faltó claridad, pero nunca bajamos los brazos”, reconoció Gustavo Álvarez, técnico azul, tras el pitazo final.

El segundo tiempo cambió el aire. El ingreso de Lucas Di Yorio le dio peso al ataque, y en la primera que tocó descontó tras una floja respuesta del portero Nahuel Losada. Se sintió la emoción y el

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