En los círculos de poder de Washington se está cocinando una maniobra de una envergadura colosal. La hoja de ruta es clara: el actual vicepresidente, JD Vance, se presentaría como candidato a la presidencia para, una vez ganadas las elecciones, renunciar al cargo y cedérselo a Donald Trump. Este último habría concurrido a los comicios como su número dos, completando así un plan diseñado para asegurar un tercer mandato presidencial .

De hecho, este complejo andamiaje legal se apoya en una interpretación muy precisa de la ley estadounidense. Laurence Tribe, una autoridad en derecho constitucional en el país norteamericano, ha advertido que la 22ª Enmienda prohíbe que una persona sea elegida presidenta más de dos veces. Sin embargo, no dice nada sobre la posibilidad de que pueda servir

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