Todos conocemos a personas que se ponen al volante y se convierten en monstruitos. Puede que ya tengan el genio algo vivo en general, pero ... la metamorfosis es brutal. Incluso, a veces, este cambio radical les sucede a gentes tranquilas y muy pacíficas. ¿Cuál es la causa de esta transformación y por qué no debemos tomárnosla a la ligera?

Lo primero para explicar este fenómeno, conocido como 'ira del conductor', es dar por sentado que, lo creamos o no, conducir siempre conlleva cierta dosis de estrés. Desde el punto de vista de la neurociencia, Diego Emilia Redolar, docente de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), lo explica así: «Conducir es una de las cosas que mayor tensión produce a los seres humanos. Es normal, hay muchos estímulos a los que atender». Además, hay un factor añ

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