La palabra “ hipoteca ” lo resume todo. Viene del griego “hypo”, que significa “debajo”, y “theke”, “caja” o “depósito”. Una caja debajo: un peso escondido, una carga. En su origen jurídico, era una garantía real, pero en el lenguaje cotidiano se transformó en una metáfora de todo aquello que nos oprime : una hipoteca familiar, una hipoteca emocional, una hipoteca nacional. Vivimos bajo esa caja, tratando de respirar entre intereses, vencimientos y promesas.
El endeudamiento público y el privado en la Argentina actual parecen reflejarse mutuamente. El Estado, que no logra acumular reservas y depende del crédito externo , imita al ciudadano que vive de refinanciar el mínimo de su tarjeta. Cuando el ministro de Economía negocia un préstamo con el Tesoro estadounidense , o cuando el

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