La renuncia de Luis Petri al Ministerio de Defensa, que se hará efectiva el 10 de diciembre cuando asuma como diputado, provocó un nuevo temblor dentro de las Fuerzas Armadas . Su salida no sólo deja vacante un ministerio clave, sino que reabre la disputa por los cargos de conducción militar y la jefatura del Estado Mayor Conjunto (EMCO).

Petri había llegado al Gobierno de Javier Milei con la promesa de modernizar las Fuerzas y avanzar en el reequipamiento. Durante su gestión se confirmó la compra de 24 aviones caza F-16 a Dinamarca, de los cuales cinco llegarán en diciembre, y dos de los cuatro Orion P3 destinados a la Armada. Sin embargo, su imagen interna se deterioró rápidamente por la crisis en la obra social IOSFA y los reclamos salariales, que continúan sin solución.

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