Empresas como Amazon, Apple, Gemini, Meta y Microsoft, junto a más de una decena de magnates de distintos sectores, aportaron 300 millones de dólares para la construcción de un salón de baile en el Ala Este de la Casa Blanca, que comenzó a ser demolida esta semana.

La Administración Trump publicó la lista completa de donantes, donde figuran inversionistas y petroleros cercanos al presidente, como Harold Hamm, así como figuras políticas y financieras como Kelly Loeffer, Jeff Sprecher y Benjamín León, recién confirmado como embajador en España.

Durante una cena la semana pasada, Trump reunió a los patrocinadores y aseguró, entre bromas, que “este es el precio de tener acceso al presidente” y que la obra no costaría un centavo a los estadounidenses. La firma McCrery Architects se encargará

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