Los agentes consideran que el hombre, vigilante de seguridad de la urbanización, fue el cerebro de la operación, en la que sustraían los objetos para sustituirlos por otros de imitación 24 oct 2025 . Actualizado a las 20:22 h.

Iker Casillas tardó tiempo en darse cuenta de que cinco de los relojes de lujo que guardaba en su vivienda no eran los que le habían regalado. Varias piezas, valoradas en unos 50.000 euros , que le habían sustraído y sustituido por piezas de imitación sin que él se percatase. Una vez denunciado ante la policía el pasado 16 de octubre, las sospechas apuntaron siempre hacia la misma dirección: una empleada del hogar y un vigilante de seguridad de la urbanización en de Pozuelo de Alarcón en la que vive el exportero. Ahora, tras solo diez días de pesquisa

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