La previa del empate 2-2 entre Universidad de Chile y Lanús por la semifinal de ida en la Copa Sudamericana estuvo marcada por la cobarde agresión de un grupo de delincuentes al bus que transportaba a la delegación trasandina al Estadio Nacional.
El vehículo resultó con un vidrio roto y por fortuna ningún jugador resultó afectado, pero el hecho causó profunda molestia en la interna granate. " Llegamos acá y la policía no estaba. Yo venía en el micro con los jugadores y detrás venía el micro de los dirigentes, a ese le pegaron un piedrazo que marcó el vidrio y en el nuestro pegó otro que rompió un vidrio . No había un policía y estamos hablando a 50 metros de la cancha", sostuvo Nicolás Russo, presidente del elenco bonaerense.
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