Cualquier persona puede estar vulnerable a ser víctima de violencia doméstica porque es una situación que no discrimina por género, edad, condición social o raza. En la cultura latina se acostumbra el uso del castigo físico para disciplinar, no solamente con hijos, sino también hacia la pareja. Aunque es más frecuente escuchar de hombres que maltratan a sus esposas o compañeras, también hay situaciones donde las mujeres utilizan la agresión para con sus esposos o compañeros.

Muchas veces la violencia física y/o verbal se pasa a través de las generaciones ya sea como un proceso de aprendizaje, es decir, golpeo porque me golpearon, asumir una visión fatalista, “esto fue lo que me tocó vivir” o porque compramos el mensaje de manipulación de la persona agresora “te lo mereces.” La realidad es

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