Las campanas de la parroquia matriz de La Concepción , en Santa Cruz , comenzaron a tañer cuando el trono de la Virgen de Candelaria dejó atrás la Plaza de España . Era poco antes de las diez de la noche . Tras la misa de despedida , iniciaba el camino hacia su primera parada : el centro de acogida Café y Calor , en la avenida de Bélgica .

A esas horas, la avenida San Sebastián se convertía en una carretera cuya circulación , a pie, discurría en dirección contraria, en medio de un espectacular despliegue de la Policía Local .

En el tramo comprendido junto al antiguo Instituto de Meteorología reinaba el silencio . “Esto parece un desierto”, decía un voluntario mirando hacia los bloques apagados de viviendas. Se respiraba el silencio del aire , como

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