En una intervención ante la Asamblea General de la ONU, el Observador Permanente del Vaticano, monseñor Gabriele Caccia, expresó su profunda preocupación por la creciente incorporación de la inteligencia artificial (IA) en los sistemas de comando, control y despliegue de armas nucleares. Según destacó, esta tendencia introduce "un nivel de incertidumbre sin precedentes" que podría aumentar significativamente el riesgo de errores de cálculo y decisiones precipitadas.
Durante su discurso, el nuncio apostólico recordó los devastadores ataques atómicos a Hiroshima y Nagasaki en 1945, señalándolos como una advertencia clara sobre el "poder catastrófico de aquellas armas". Asimismo, lamentó que la paz no pueda basarse en la amenaza de destrucción total ni en la ilusión de estabilidad que proven

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