Después de la tensa sesión de control en el Parlamento andaluz, en la que los grupos de la oposición sacaron su artillería contra el presidente de la Junta, Juanma Moreno, por la crisis sanitaria derivada de los fallos en los cribados de cáncer de mama, llega la hora de los técnicos y de los balances para arrojar luz a un asunto que está teniendo un alto coste político. La oposición ha venido criticando que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) no había especificado cuántas eran las mujeres que tenían un diagnóstico dudoso y no habían sido avisadas, lo que originó intranquilidad e indignación entre las afectadas. Ayer, el consejero de Sanidad, Antonio Sanz, acotó la cifra en 2.317 pacientes, a las que ya se les han realizado las correspondientes mamografías a un total de 1.778. Es decir, el

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