Entre cumbia, electrónica, noise y humor negro, Chúpame el Dedo vuelve a desafiar las etiquetas. En plena residencia artística, dentro del festival Keroxen , el proyecto de Pedro y Eblis continúa explorando los límites del absurdo y la contracultura. Su nuevo trabajo, gestado entre guitarras distorsionadas y rituales improvisados, promete un viaje entre lo sagrado y lo profano, con el inconfundible pulso rítmico que los conecta con las raíces colombianas. Este sábado estarán en la segunda jornada de Keroxen, en el Espacio Cultural El Tanque de Santa Cruz de Tenerife, junto con Alba Gil Aceytuno, Only Now y NAH.
-Están en plena residencia artística en Keroxen. ¿Cómo ha influido este espacio en el proceso de creación del nuevo disco?
“Keroxen y el Espacio Cultural El Tanque nos han i

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