En la misma medida que disfrutan de cada bocado quienes saborean los postres de Cristina Marco, a ella le satisface que tanto los celiacos, como los intolerantes al gluten, la lactosa o el huevo, puedan disfrutar de esos caprichos dulces y redescubrir sabores en muchos casos casi olvidados. Y con cada elaboración su objetivo es que “que todo el mundo pueda comer el mismo postre sin distinción y que no se note que está elaborado con ingredientes que no son los habituales”.

Su infancia está marcada de recuerdos en los que la repostería es la protagonista, empezando por “las tortas de anís y los refollaos de Ayerbe”, localidad de la que procede su familia. Y especialmente le traen a la memoria la imagen de su padre que “merendaba casi todas las tardes tortas de anís” y ahora que él ya no e

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