De las utopías postperonistas, la Patagonia fue una de las constituidas como destino territorial hacia donde los cuerpos podían migrar.

POR FABIO SELEME *.- Cuando el peronismo concitaba la totalidad del espectro reformista y revolucionario argentino, el golpe militar de 1976 vino a desarticular la esperanza y la praxis transformadora, fragmentando en mil pedazos el sueño colectivo que animaba el camino de la historia. Una de esas esquirlas desprendidas tuvo la forma, contradictoria en los términos, de un exilio interno silencioso y singular, que empezó a gotear a partir de aquel momento, cada vez con más velocidad, hacia el sur del Río Colorado.

Perón tuvo su tiempo de infancia en la Patagonia cuando su familia decidió probar suerte en las cercanías de Río Gallegos y Camarones, ante u

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