Parece mentira que algo tan invisible como las hormonas pueda tener tanto poder sobre nuestra piel. Pero sí: si notas más brillos, o una textura más irregular justo antes de la regla, estás viviendo en plena fase lútea, ese tramo del ciclo que abarca los días 15 al 28 y en el que el cuerpo (y la piel) entran en auténtico modo montaña rusa.
Durante estos días, el incremento de progesterona puede alterar por completo el equilibrio del cutis, aumentando la producción de sebo, dilatando los poros y dejando esa sensación de piel inestable que ni el mejor maquillaje consigue camuflar. Por eso, entender qué ocurre y cómo tratarla en este momento es clave para mantenerla bajo control.
La fase lútea es, probablemente, una de las más traicioneras para la piel, pero también una de las más fáciles

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