La industria audiovisual vive una disrupción sin precedentes guiada por la aparición de un fenómeno que se extiende como la pólvora: los microdramas verticales. Un formato que condensa el suspense adictivo de las telenovelas en píldoras de uno a cinco minutos, grabadas para consumo móvil. Si el «binge-watching» definió la era Netflix, el nuevo «boom» se ajusta al scroll infinito, igual de voraz que TikTok, pero más serializado. China marcó el ritmo, pero las nuevas cifras y el desembarco masivo en América y Europa certifican una transformación imparable y un desafío directo al streaming tradicional. Así lo demostró con datos Gloria Saló, de GECA, durante su ponencia de Euroficción en la pasada edición de Iberseries & Platino Industria.

El fenómeno nace y explota en China, bajo el nombre d

See Full Page