No es casualidad que el otoño sea una de las estaciones preferidas por pintores y artistas para buscar la inspiración y crear obras con la naturaleza como protagonista. Los bosques se llenan de tonalidades vibrantes, desde marrones y verdes de distinta intensidad, hasta vistosos amarillos ocres y rojizos.
Mientras que los árboles de hoja perenne –pinos, abetos, encinas...– mantienen su aspecto similar a lo largo de todo el año, los de hoja caduca –hayas, abedules... – necesitan una adaptación para prepararse para el invierno . La disminución de las temperaturas y el acortamiento de los días influyen en su aspecto: sus hojas se tornan primero amarillas, después rojizas y finalmente se caen ; este proceso natural se llama senescencia .
Panorámica de la Selva de Irati,

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