Argentina vive un contexto signado por la violencia de género. Según un informe del observatorio Mumalá, entre enero y septiembre de este año, hubo un femicidio cada 36 horas. En tanto, en octubre, sólo en la primera quincena, hubo ocho crímenes brutales. A su vez, la mayoría de las víctimas fueron asesinadas por sus parejas o exparejas.

La gravedad de los últimos casos reposicionó el tema en la agenda mediática. Entre los más indignantes, estuvieron el triple femicidio en Florencio Varela, Buenos Aires, que tiene como principal acusado a un traficante peruano conocido como “Pequeño J”; y el doble femicidio en Córdoba, que tiene como principal acusado a Pablo Laurta, quien, además, secuestró a su hijo de 6 años.

Casi a la par, desde algunos sectores se viralizaron videos en redes sociale

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