Moscú Vladimir Putin está convencido de que puede ocupar totalmente los territorios ucranianos que se anexionó a la Constitución y que, tres años después, todavía sólo controla parcialmente. Al menos, ésta es su posición pública. En privado, sus generales le aseguran que las líneas ucranianas están a punto de colapsar, pero el ejército ruso avanza muy lentamente ya un altísimo coste humano. El frente está estancado. Los drones han convertido el frente en una mortal zona gris en la que los soldados tienen grandes dificultades para consolidar las conquistas. Al Kremlin le queda un triunfo para tratar de arrastrar y ganar la partida, pero no parece dispuesto a jugarlo.

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