El chocolate es uno de los ingredientes más versátiles de la repostería. Aporta sabor, textura y brillo, transformando desde bombones y trufas hasta pasteles y galletas en preparaciones irresistibles. Conocer sus características permite sacarle el máximo provecho.

Existen distintos tipos de chocolate, cada uno con propiedades específicas. El chocolate negro , con mayor porcentaje de cacao, brinda intensidad y firmeza; el chocolate con leche es suave y dulce; mientras que el chocolate blanco aporta cremosidad aunque no contiene sólidos de cacao. Elegir el adecuado depende del sabor y la textura deseada.

La forma de derretirlo también influye en el resultado. Puede fundirse al baño maría, en horno o microondas, cuidando la temperatura para que no se queme ni pierda su suavidad.

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