De niños, Manuel Durango (53 años) y Ricardo Becerra (65 años) soñaron con bailar, jugar y correr, pero la poliomielitis truncó sus pasos. A Manuel, la enfermedad lo alcanzó con apenas mes y medio de nacido; a Ricardo, cuando tenía dos años. El virus afectó su sistema nervioso y redujo su movilidad, pero no su deseo de comunicarse . Hoy, ambos son locutores reconocidos que encontraron en la voz el espacio donde permanecen de pie.

“Desde el mes y medio de nacido, me atacó la polio ”, recuerda Manuel. “Me contaron que no me podía sentar; en palabras de mi mamá, era como una cabuya”. Desde entonces camina con muletas axilares y coordina programas radiales. Ricardo, diseñador industrial y docente, utiliza bastones y una silla de ruedas, pero no detuvo su impulso creativo. “La polio me

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