La advertencia se ha vuelto casi un lema entre trabajadores y usuarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): “Entre bajo su propio riesgo”, acuñada por Lourdes Mendoza. Lejos de ser una exageración, la frase refleja el desorden, la falta de planeación y la creciente tensión dentro del aeropuerto más importante del país, hoy bajo mando militar. A pesar de los cambios recientes en la dirección y de los discursos sobre eficiencia y seguridad, lo que impera es la improvisación, el exceso de ocurrencias y un clima laboral deteriorado.

El relevo en la Dirección General de Aeronáutica Civil no trajo consigo la esperada modernización del sector. Por el contrario, el nombramiento de un nuevo militar al frente del AICM ha generado críticas entre trabajadores y expertos que den

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