Yo no soy Santa. En el Colegio Santo Tomás de Aquino, el prefecto se encontró con el primer rostro femenino con un cigarrillo entre los labios y un fósforo sustraído de la cigarrera de mi madre. Fui expulsada con urgencia, mientras fui testigo ese medio año de las sanciones de mis compañeros varones por fumar detrás de las canchas. Yo no soy Santa ni Puritana. En la escuela Santa María de la Providencia, al hablarnos de abstinencia en la primera clase de educación sexual, expresé mi disgusto en crear miedo he hice hincapié en la alternativa del uso de métodos anticonceptivos. La monja, al escuchar decir tales “barbaridades” emanando de mi boca, ordenó mi suspensión inmediata. Yo no soy Santa, Puritana ni Mentirosa. En el Instituto Santo Domingo Sabio, tras ver el hostigamiento de un compañ

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