Por Juan Cruz, en diario Clarín

Mario Vargas Llosa fue a todas partes en sus dos viajes como periodista a Palestina, el primero en 2005 y el último en 2015. El Nobel, reportero desde su adolescencia, nunca encontró razón en esos encuentros para abrigar esperanza alguna acerca de un porvenir distinto al que tiene ahora ese país cuya identidad avala casi todo el hemiciclo de las Naciones Unidas.

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Entonces, en 2005, el Nobel peruano hizo el viaje con su hija Morgana, fotógrafa. El autor de La ciudad y los perros trataba de pulsar para El País, con crónicas y fotos, la situación de aquella relación imposible entre vecinos dramáticos que la historia ha hecho irreconciliables. Años después, en 2015, e

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