En el marco del Día Mundial de las Personas de Talla Baja, que se conmemora cada 25 de octubre, Daniela, de 40 años, originaria de Tamuín, comparte su historia de vida, marcada por la independencia, la resiliencia y un reciente desafío que cambió su día a día. Actualmente, Daniela trabaja como ambulante en el mercado municipal, una labor que realizaba con autonomía antes de perder la movilidad.

Nacida con una condición de talla baja, Daniela aprendió desde pequeña a vivir con un cuerpo distinto sin sentirse limitada. Asistió a escuelas públicas, trabajó, fue catequista, emprendedora y llevó una vida independiente. Aunque algunas actividades cotidianas requerían un esfuerzo extra, como subir escaleras o alcanzar objetos, siempre se consideró capaz.

Sin embargo, hace cuatro años, una enfer

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