Por estas fechas el Ayuntamiento de Valdepiélago venía organizando en los últimos años un filandón, o magosto. Pocas cosas más fáciles en aquel lugar pues solo había que buscar «el relleno» sabedores de que a la cita iba a acudir Felisa y con ella era suficiente para estar de buena velada el tiempo que hiciera falta. Si se necesitaba algún dicho, los tenía; romances los que quieras, de todo tipo; y canciones a cientos. Además era de esos espíritus joviales a los que no hacía falta rogar para que se arrancara con canciones, coplas... - ¿Cómo sabes tantas? - Porque para eso tengo muy buena cabeza; me la cantas y me quedo con ella. Cuando era moza iba a servir y me cantaban las canciones... a mí ya no se me olvidaban, para cantarlas en el pueblo. Yo iba para payaso y me quedé en el camino, pe

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