“Las reacciones en mi cuerpo van desde dolores de espalda, de cabeza, trastornos del sueño, diarrea y náuseas. Es bastante desagradable. En mi caso, venía de estar en una etapa neutra. Hay otros colegas que sufren estos suicidios y están pasando por situaciones personales complejas que dificultan aún más su situación. Incluso, si tú estás bien y eres fuerte, igual te puede destruir: es una vida la que se está acabando”.

Mateo lleva casi 15 años como maquinista del Metro de Santiago. Treintañero, sin hijos y viviendo solo, dice que nadie está preparado para enfrentarse a tragedias como esa: el suicidio de personas que se arrojan a las vías.

Él lo presenció en carne propia. Ocurrió cerca de las 9:30 de la mañana del 8 de septiembre recién pasado, en el transcurso de su primera vuelta del r

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