Entre dispositivos, pantallas y clics, existe la duda de que la tecnología apague la esencia del docente dentro del aula. Sin embargo, cuando se usa con propósito e intención pedagógica, puede ofrecer nuevas posibilidades para potenciar el aprendizaje, la creatividad y la conexión emocional.

Cuando un docente se enfrenta al reto de conocer una nueva herramienta digital que puede ser útil en su aula, lo hace con una mezcla de emociones que van desde la curiosidad y el temor, surgen los ‘Y sí’. ‘¿Y si no funciona?’, ‘¿Y si no sé usarla?’, ‘¿Y si falla?’, preguntas comunes detrás de un sentimiento compartido: el deseo de hacerlo bien para que nuestros estudiantes aprendan de manera significativa.

La tecnología potencia el aula siempre que el docente la utilice con propósito y amplifica la e

See Full Page