Hay sabores que evocan momentos específicos. El aroma del pan de muerto recién horneado transporta a altares iluminados con velas y fotografías en sepia.

Mientras que la primera probada de una cerveza Noche Buena, con sus notas de caramelo y malta tostada, anticipa reuniones alrededor de mesas largas donde las conversaciones se extienden hasta la madrugada.

Por esto, ambos íconos gastronómicos crean un maridaje que va más allá de la simple compatibilidad de sabores, representan la capacidad de las tradiciones mexicanas para evolucionar sin perder su esencia. Y más en este momento en que la etiqueta regresa por tiempo limitado.

Prepárate para las celebraciones con esta cerveza. (Freepik.)

Cómo construir el maridaje ideal

Para las versiones tradicionales de pan de muerto , aquel

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