Un paquete de cigarros ya no es solo un vicio: ahora es un lujo fiscal. El impuesto especial subió del 160% al 200%, y en las tiendas de barrio, los vendedores empiezan a mirar con desconfianza a quienes compran dos paquetes a la vez. En las escuelas, los adolescentes que antes compartían un cigarrillo entre amigos ahora lo hacen en silencio, tras calcular el precio en su celular. “Antes era un vicio, ahora es un gasto que duele” , confesó un estudiante de 19 años en Tlalnepantla, mientras guardaba el paquete en el bolsillo sin encenderlo.

Las bebidas saborizadas —esas que llenan los refrigeradores de los departamentos pequeños y las neveras de los estudiantes— pasaron de $1.64 a $3.08 por litro. No es un aumento pequeño: es un salto que obliga a elegir entre una botella de jugo o el tr

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