Las aguas que rodean Jamaica estuvieron calientes durante todo el verano. Para cuando el huracán Melissa tocó tierra el martes, las temperaturas extremadamente cálidas del mar Caribe contribuyeron a convertirlo en un monstruo: una tormenta de categoría 5 con vientos que alcanzaron los 298 km/h, y que igualó el récord del huracán más fuerte que ha tocado tierra en el Atlántico.
Los expertos afirman que se trata de un ejemplo contundente de lo que el cambio climático puede provocar en los ciclones más temibles del planeta: intensificarlos con calor y humedad hasta hacerlos casi irreconocibles en comparación con los huracanes atlánticos del pasado.
Jamaica amaneció devastada, con graves daños en su infraestructura, entre ellos la red eléctrica, hospitales y escuelas. Sin embargo, la verdade

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