En la Cuenca Nazarena, donde la piedra se vuelve incienso y los silencios caminan en fila de capuz, hay nombres que resuenan como los toques de un clarín antiguo. Uno de ellos es el de Pedro Paños, quien ha ostentado durante casi medio siglo diferentes cargos en la Junta de Diputación de la Real, Ilustre y Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Apóstol. Desde que comenzara su andadura al frente de la hermandad en 1977 Pedro resalta que ha estado en la directiva «sin descanso» hasta la última Junta General en marzo de este 2025 «siempre al pie del cañón, con gusto y con cariño», destaca. Desde depositario hasta presidente o «chico de los recados», como suele bromear, ha trabajado con el celeste de su túnica prendido en el corazón.

El que tantos años ha sido alma

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