“El mundo está observando”, ha reconocido Donald Trump esta mañana, horas antes de su anticipada reunión con el presidente chino, Xi Jinping, esta madrugada en Busan (Corea del Sur), la última y principal cita de su intensa gira asiática. A diferencia de los encuentros con los demás líderes que ha visitado esta semana, como la nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, el mandatario de Estados Unidos no espera grandes alabanzas, ni obsequios valiosos de su contraparte. “Creo que le caigo muy bien y me respeta”, ha dicho sobre Xi, pero la diplomacia del líder chino no tiene tanto que ver con sus relaciones personales y la complacencia, sino con el negocio y el beneficio mutuo.
Ambos llegan a la cita con la intención de solidificar la frágil tregua comercial entre las dos mayores econ

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