Ante eventualidades de salud, accidentes o pérdidas materiales, contar con un seguro puede representar una decisión estratégica . Más allá de los mitos sobre su costo o alcance, el seguro sigue siendo una herramienta de protección que puede ajustarse a las posibilidades de cada persona.

Por ejemplo, una madre joven que decide contratar una póliza básica que incluye consultas médicas y emergencias, ajustada a su presupuesto mensual. Con el tiempo, amplía la cobertura para incluir a su esposo e hijo. No termina siendo necesario un gasto elevado ya que lo hizo progresivamente, entendiendo que asegurarse desde temprano sí es posible y sostenible.

El seguro es una decisión, no un privilegio

“A veces pensamos que el seguro solo vale si nos lo aprueban cuando ya tenemos una enfermedad. Pe

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