Brasil intenta asimilar el impacto del megaoperativo policial que paralizó Río de Janeiro y dejó una cifra récord de víctimas. En los complejos de Alemão y Penha , al norte de la ciudad, las fuerzas de seguridad lanzaron una acción coordinada para golpear al Comando Vermelho (CV) , el grupo criminal más antiguo del país .

El resultado fue devastador: más de 100 personas muertas, decenas de detenidos y una ciudad en estado de conmoción . Mientras las autoridades hablan de un “duro golpe al narcotráfico”, organismos internacionales denuncian una masacre con rasgos de ejecución .

Una guerra urbana que dejó más preguntas que certezas

La operación, bautizada “Contención” , fue organizada por el gobierno del estado de Río , conducido por Cláudio Castro , y se desarrolló s

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