La Serie Mundial no perdona errores de timing, y en el quinto juego, el tiempo se agotaba más rápido que los hits.

Mookie Betts , el corazón del orden de bateo desde 2020, apareció por primera vez en cuatro años como tercero. No fue un castigo. Tampoco un giro dramático. Fue una reconfiguración táctica, silenciosa, casi quirúrgica. Su último mes en la postemporada: 19 turnos, 3 hits, cero extrabases, cero carreras impulsadas. En los últimos dos partidos en casa, ni siquiera logró un sencillo. Y aun así, nadie lo acusó. Nadie lo cuestionó. Solo se movió.

Detrás de él, Freddie Freeman tomó el cuarto lugar, como si el bateo de la liga fuera un rompecabezas y alguien hubiera encontrado la pieza que faltaba. Pero el verdadero movimiento que desató murmullos fue el de Will Smith : subió

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