Río de Janeiro enfrenta una grave crisis de violencia tras un megaoperativo policial contra el Comando Vermelho, la facción narcotraficante más poderosa de la ciudad. Este operativo ha dejado un saldo de entre 119 y 132 muertos, convirtiéndose en la redada más letal en la historia de la ciudad. Además, al menos 113 personas han sido detenidas, incluyendo a dos líderes importantes del Comando Vermelho, aunque el más buscado sigue prófugo. El gobernador de Río, Claudio Castro, ha desplegado 2.500 agentes en las favelas de Alemão y La Peña para frenar la expansión de las facciones narcotraficantes. Sin embargo, la población civil se encuentra atrapada en medio de los enfrentamientos, con un riesgo constante de balas perdidas. El conflicto ha escalado a un enfrentamiento político entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el gobernador Castro. Lula aboga por un enfoque basado en la inteligencia, mientras que Castro insiste en mantener la ofensiva militar. El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, ha criticado el operativo y ha pedido un enfoque más estratégico. A pesar de las diferencias, Lula ha decidido enviar recursos federales y blindados para apoyar la operación. La situación en las calles de Río es de extrema tensión. El transporte público ha disminuido en un 70%, y muchos comercios han cerrado anticipadamente. Los turistas se encuentran en sus hoteles, y se teme una represalia del Comando Vermelho, que ha utilizado armas de alto calibre y drones en ataques contra la policía. El conflicto no solo afecta a Río, sino que también tiene repercusiones a nivel nacional. En São Paulo, la situación es diferente, ya que el Primer Comando de la Capital (PCC) domina la región. Sin embargo, en el norte del país, donde el Comando Vermelho tiene más influencia, la tensión es alta. El embajador argentino en Brasil, Raimondi, ha confirmado que no hay argentinos afectados por la violencia en Río, aunque la ciudad sigue siendo considerada peligrosa. El Consulado argentino continúa emitiendo recomendaciones para los turistas y monitorea la situación. La lucha entre el Comando Vermelho y las milicias paramilitares, que también operan en la ciudad, ha llevado a una fragmentación del poder en Río. Las milicias, compuestas por ex policías y militares, han establecido un control territorial significativo, lo que complica aún más la situación de seguridad. La vida en Río de Janeiro se ha convertido en un escenario de miedo y violencia, donde las facciones narcotraficantes y las milicias luchan por el control, dejando a la población civil en una situación de vulnerabilidad extrema.
Río de Janeiro: Más de 100 muertos en una guerra urbana
Noticias de Argentina8 hrs ago
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