El Deportivo Pereira vive una de esas crisis que retratan, con crudeza, una realidad que de manera increíble aún se presenta en el fútbol colombiano. Los jugadores profesionales, sin pago, entraron en paro con el apoyo de la Asociación de Futbolistas que, además, alentaron su voz; mientras el equio se sostiene (de manera precaria y casi abusiva) sobre los hombros de jóvenes sub-20 que nunca imaginaron debutar así: no como promesas del futuro, sino como reemplazos improvisados de una dirigencia irresponsable.

El fracaso de Millonarios: los directivos, las distorsiones y la nueva eliminación... (Meluk le cuenta)

Lo que ocurre no es un accidente aislado. Es la confirmación de un modelo que sigue sin respetar lo más elemental: la dignidad del jugador.

La renuncia de Rafael Dudamel no fue un

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