El vínculo entre un y su dueño se basa en el afecto, pero a menudo las buenas intenciones no bastan para asegurar el bienestar del animal. Existen prácticas muy extendidas, algunas consideradas inofensivas o incluso divertidas, que en realidad perjudican seriamente la salud física y emocional del felino. En un contexto donde la presencia de mascotas en los hogares no deja de crecer, conocer los errores más comunes que los propietarios cometen sin ser conscientes del daño que causan se vuelve fundamental.

De hecho, muchas de las actividades que se perciben como un simple juego son en realidad una considerable. Disfrazar a un gato, por ejemplo, más allá de la anécdota para una foto, limita su agilidad natural y le somete a un cuadro de ansiedad innecesario al impedirle moverse con liber

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