El camposanto de El Santuario de Guadalupe
Hacia finales del siglo XVIII, Tepic contaba con tres lugares designados para el descanso de sus muertos: el más antiguo junto a la parroquia de la Asunción (hoy catedral), otro en la capilla de la Santa Cruz de Zacate y uno más pequeño en el Hospital de Indios. Esta última institución dejó de funcionar como tal al establecerse el Hospital de San José, el 13 de marzo de 1792, en el lugar que hoy conocemos como el asilo Juan de Zelayeta.
El verdadero punto de inflexión ocurrió en 1797. Una devastadora epidemia de viruela se propagaba por la Nueva España, y el virrey Miguel de la Rúa y Talamanca emitió órdenes estrictas: los cadáveres de los apestados debían ser enterrados lejos de los centros de población.
Anticipándose a la llegada del brote a

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