Rob Jetten, exministro de Clima y Energía y actual líder del partido liberal progresista D66, logró lo que hace unas semanas parecía improbable: convertir a su formación en la más votada de Países Bajos —empatada en escaños con la extrema derecha— .
A sus 38 años, encarna la nueva generación del centro liberal neerlandés, con un estilo sereno y un discurso que reivindica la política del optimismo frente al populismo.
Nacido en 1987 en una familia de clase media en Brabante del Norte, Jetten estudió Administración Pública en la Universidad Radboud de Nimega y, antes de ingresar en la política nacional, trabajó como asesor y gestor en la empresa ferroviaria pública ProRail.
Su carrera política comenzó en el ámbito local: fue concejal y jefe del grupo de D66 en el Ayuntamiento de Nimega, entre 2010 y 2017, año en el que fue elegido diputado del Parlamento nacional. Un año después, se convirtió en el líder parlamentario más joven de su partido.
Entre 2022 y 2024 ocupó la cartera de Clima y Energía en el cuarto gabinete de Mark Rutte, desde donde impulsó políticas de transición energética, reducción de emisiones y electrificación del transporte.
Tras la salida de Sigrid Kaag, Jetten asumió en 2023 la dirección nacional de D66 y, con un discurso más directo, condujo al partido a una remontada electoral inédita tras una campaña polarizada, lo que este miércoles se tradujo en alrededor de 26 de los 150 escaños que tiene el Parlamento.
En campaña, se presentó como alternativa a los extremos: defendió una política migratoria “ordenada”, pero “humana”; un plan ambicioso de construcción de viviendas y una transición ecológica “que no deje a nadie atrás”. Sus críticos, sin embargo, lo acusan de haber adoptado un estilo demasiado institucional, más cercano al del ex primer ministro liberal Mark Rutte, y de suavizar el tono progresista de D66 para ganar votantes de centro.
Durante la noche electoral, Jetten apareció emocionado ante sus militantes. “Queridos amigos: ¡lo hemos logrado! Hoy hemos conseguido el mejor resultado en la historia de D66 y puede que seamos incluso el partido más grande del país”, proclamó entre aplausos.
Y en un gesto poco habitual en la sobria política neerlandesa, dedicó un mensaje personal a su pareja: “Mi amor, no sé dónde estás, pero ¡gracias, Nicolas!”.
Abiertamente homosexual, Jetten ha hablado con naturalidad sobre su vida privada y la importancia de la representación en política. Vive en Utrecht y mantiene una relación con el jugador argentino de hockey Nicolas Keenan, y es conocido por su disciplina deportiva -corre maratones y practica triatlón- y su afición a la música pop neerlandesa.
En redes sociales alterna mensajes políticos con referencias personales y culturales, siempre con una comunicación medida y controlada.
En su discurso electoral, el líder liberal insistió en el tono que ha marcado su ascenso: “Millones de neerlandeses han dicho adiós a la política del negativismo, del odio y del 'no se puede'. Han optado por las fuerzas positivas, por una política que mira hacia adelante”.
Minutos después, ante la prensa, profundizó en el mensaje: “Hace apenas dos semanas las encuestas nos daban doce escaños. Lo que ha ocurrido es que muchos ciudadanos se sintieron inspirados por un mensaje positivo: cómo dejar atrás la era Wilders y volver a cooperar para que el país avance. No es solo un buen resultado para D66, sino para todos los que apostaron por la política de la esperanza”.
Jetten se mostró cauto sobre las negociaciones de coalición, pero tendió la mano a los partidos del centro político. “Esta distribución de escaños ofrece la oportunidad de formar una coalición estable y ambiciosa (…) Reflexionemos y busquemos cooperación al servicio del país”, dijo.
Su tono mezcla de serenidad y cercanía, ha consolidado la imagen de un líder que combina ambición política con contención institucional. Defensor de los derechos LGTBI, Jetten se define como un liberal progresista “con los pies en la tierra”, que ha hecho de la igualdad, la sostenibilidad y la estabilidad democrática los pilares de su programa.
Jetten podría convertirse en el primer ministro más joven de la historia reciente de Países Bajos, y en el rostro de una transición generacional desde el legado de más de una década de Gobiernos liberales y once meses de ejecutivo de coalición con apoyo mayoritario de la derecha radical de Geert Wilders.

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