Bruselas ha decidido tomar cartas en el asunto de la vivienda. Por primera vez, una Cumbre del ha situado la crisis inmobiliaria como una prioridad en la agenda comunitaria, y la maquinaria institucional ya se ha puesto en marcha con la preparación de un paquete de propuestas legislativas de envergadura. El objetivo es claro: desatascar un mercado que asfixia a millones de ciudadanos. Entre las ideas que se barajan, destacan la simplificación burocrática para que las licencias de obra puedan obtenerse en un plazo máximo de 60 días y una notable rebaja del IVA tanto para la construcción nueva como para la rehabilitación.

Asimismo, el plan europeo no se olvida de uno de los pilares más debilitados del sistema: la vivienda protegida. Se pretende fomentar el impulso a la vivienda social m

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