La tradicional doctrina militar de Estados Unidos, centrada durante décadas en la defensa de Europa con imponentes brigadas mecanizadas, se enfrenta a un replanteamiento de enorme envergadura. La Administración Trump ha virado el timón de su política exterior, reorientando el foco estratégico hacia el Pacífico y el hemisferio occidental. Esta nueva realidad obliga a Washington a concebir un nuevo modelo de disuasión global , más ágil y adaptado a las exigencias del siglo XXI, dejando atrás el costoso despliegue permanente de fuerzas pesadas en el Viejo Continente. Este cambio de paradigma está impulsando al mismo tiempo la creación de una , evidenciando la respuesta del continente al nuevo escenario geopolítico.

De hecho, la pieza central de esta innovadora propuesta es el concepto de «

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